¿Cómo podemos aumentar la concentración de nuestros hijos desde edades tempranas?

No hay aprendizaje sin concentración. En los tiempos que corren tenemos más distracciones que nunca. Los estímulos que recibimos de las pantallas son rápidos, luminosos, auditivos, de colores, clics y recompensas.

Esto no se corresponde con la vida real. Potenciar la atención y poner todas las herramientas que están a nuestro alcance, es un reto para los padres y los educadores. La atención es algo que se trabaja poco a poco.

El niño de 1 y 2 años mantiene la concentración sobre algo concreto en torno a dos o tres minutos. El niño de 5, 6 y 7 años hasta diez minutos. El de 8, 9 y 10 años entre veinte y treinta minutos. Así vamos aumentando hasta el de 13, 14 y 15, que es capaz de mantener la atención hasta una hora. Parecido a los adultos.

¿Cómo lo podemos ir haciendo? Primero despejando el área de trabajo. Ya tenga nuestro hijo 2, 6 o 14 años, la mesa o el suelo donde vaya a estar, tiene que estar despejada. Sin distracciones.

El niño además tiene que sentirse bien. La neurociencia nos demuestra que la felicidad aumenta el rendimiento cognitivo y que la ansiedad repercute en su contra.

No debemos meter prisa, desde la calma tenemos que confiar en él: “Vamos a hacer esto y lo vas a hacer bien. Si no te sale, no te preocupes, voy a estar aquí para ayudarte”.

Marcarle unos tiempos. Esto es muy bueno para los niños y también para nosotros. Nos hacemos una composición de lugar: “Vamos a hacer estas tres cuentas, paramos y luego nos ponemos a pintar”.

Si vemos que el niño se bloquea, debemos parar. Todos necesitamos un descanso. A veces los padres hacemos lo contrario y aumentamos el bloqueo. Hay que parar y moverse, levantarse de la silla. “Vamos a merendar cariño, luego nos volvemos a sentar”.

Como ejercicios que ejercitan la concentración tenemos por ejemplo, la sopa de la sopa de letras para los niños que ya saben leer. Los juegos de memoria visual con cartas boca abajo, donde levantamos una carta y volvemos esconder para encontrar parejas. Las siete diferencias de toda la vida, que leíamos en los periódicos.

Cuando son pequeñitos, otra opción sencilla es poner en una mesa seis juguetes. “Fíjate bien en los juguetes que pongo. Ahora, voy a quitar uno y a ver si adivinas cuál es”. Aumenta mucho la concentración.

LUCÍA GALÁN BERTRAND

Colaboradora CHI Escuela de Padres


Más conocida como Lucía mi pediatra, es médico especialista en pediatría, escritora, conferenciante y colaboradora del CHI, Colegio Hispano Inglés, en un proyecto de largo plazo de escuela de padres para ayudar a las familias y los docentes en la, a veces difícil, tarea de educar a nuestros hijos.


Conócenos mejor


Juntos familia y colegio trabajamos en el reto de que cada alumno encuentre su pasión y desarrolle su potencial.


Conoce nuestra metodología de aprendizaje en edades tempranas y todo acerca de nuestro proyecto educativo.


Conócenos mejor