¿Desde qué edad podemos ver algún signo del espectro autista en nuestro bebé?

El trastorno del espectro autista preocupa mucho a los padres porque es relativamente frecuente. Hasta el año y medio es difícil que los papás se den cuenta, sobre todo cuando es un primer hijo, que está metido en una burbuja y tiene una pobre interacción con el medio.

Nosotros los pediatras en las revisiones del primer año estamos pendientes, pero no saltamos ninguna alarma, porque hay niños que a los dieciocho meses florecen, salen de esa burbuja y desaparece cualquier duda al respecto.

Es en la revisión de los dieciocho meses donde tenemos que poner todo el foco. El niño que tiene un trastorno del espectro autista, empieza a dar señales, muchos de ellos no contestan por su nombre, les cuesta mucho interpretar las emociones, diferenciar si mamá está contenta o enfadada.

Son niños que les cuesta sonreír con los demás, que no te siguen con la mirada. Tú les estás contando algo y están más pendientes del collar que llevas o del objeto que tienes en la mano, que de lo que exactamente le estás contando.

Algunos niños tienen un retraso en el lenguaje, otros, todo lo contrario, tiene un lenguaje como muy sofisticado, muy avanzado para su edad. En general son niños muy rígidos, en cuanto les cambias una rutina o haces algo diferente a lo que suelen hacer, se frustran muchísimo y tienen unas rabietas muy intensas.

Desde la experiencia profesional, la inmensa mayoría de los padres no se dan cuenta. Les hacemos estas preguntas. ¿Hace el niño juego simbólico? ¿Juega a las cocinitas? Cuando está jugando con un juguete que le gusta, ¿va y te lo enseña?

Cuando tú estás viendo algo, ¿el niño va, se interesa y mira a ver lo que estás haciendo? Cuando bajáis al parque, ¿se interesa por lo que están haciendo otros niños? ¿Comparte juguetes con los demás? No quiere compartir juguetes pero, ¿hay esa interacción visual con lo que está pasando en su medio?

Si se reúnen varios de esos criterios es el momento de activar el protocolo, siempre desde la tranquilidad porque el diagnóstico requiere de un estudio más complejo. Hay que evaluar al niño muchas veces en varias visitas en su entorno, ver lo que dicen sus padres, y sus profesores. Con toda esa información, hilar muy fino y marcar una hoja de ruta.

LUCÍA GALÁN BERTRAND

Colaboradora CHI Escuela de Padres


Más conocida como Lucía mi pediatra, es médico especialista en pediatría, escritora, conferenciante y colaboradora del CHI, Colegio Hispano Inglés, en un proyecto de largo plazo de escuela de padres para ayudar a las familias y los docentes en la, a veces difícil, tarea de educar a nuestros hijos.


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