Una mamá imperfecta, ¿educamos los padres en el éxito o en el fracaso?

Lucía mi pediatra nos hace reflexionar sobre ser ese padre o madre maravilloso pero imperfecto, convirtiéndonos así en el mejor modelo para educar a nuestros hijos.

Una reflexión que se basa en que yo no quiero que mis hijos vean en mí a alguien perfecto, porque la vida no es perfecta, porque ellos no son perfectos ni lo van a ser, porque no debemos buscar nunca la perfección, porque la perfección no existe.

Lucía nos propone mostrarnos como unos padres que estamos ahí, con los que nuestros hijos pueden contar incondicionalmente, siempre pase lo que pase, pero que a la vez cometemos errores. ¡Claro que sí!

Cuando nos equivocamos pedimos perdón. Este es un gran ejemplo para ellos, el que seamos capaces de hacerlo. Una mamá o un papá, que a veces ha hecho cosas muy bien, otras regular y otras rematadamente mal.

Afortunadamente estamos en esta vida para aprender, para caernos y para levantarnos. No podemos impedir que nuestros hijos se caigan. Necesariamente se tienen que caer y lo que sí está de nuestra mano es conseguir que se levanten.

¡Educar a nuestros hijos en la imperfección es necesario!